“Por un lado, parece apremiante retomar desde el aprendizaje y la práctica del trabajo comunitario la lucha por derechos sociales en el marco de una redistribución generalizada de poder y recursos. Esto implica inevitablemente pasar de un enfoque consensual a otro conflictivo (sin por ello renunciar a ciertos consensos estratégicos), lo cual remite a la necesidad de construir autonomía (un espacio propio desde el cual construir voces críticas) y a la comprensión de la participación como irrupción en la arena pública de los que no tienen parte. Para ello no hace falta ponerse identitario: es posible trazar alianzas con grupos sociales muy diversos, los cuales cada vez más van a sentir las consecuencias de un capitalismo urbano desbocado.
Por otro lado, aunque la escala comunitaria resulte insuficiente por sí sola para generar cambios estructurales, cabe señalar el papel fundamental que juega en la reconstrucción de confianza a través de la producción de vínculos fuertes de reciprocidad. Se trata de recuperar un terreno, el de las relaciones vecinales, que en medio de la inseguridad subjetiva asociada a la precariedad, está siendo continuamente cooptado por la protección que ofrecen otros actores conservadores del orden (policía, ultraderecha, iglesia evangélica, etc.). Un trabajo comunitario que reconozca los cuidados colectivos que se procuran los sujetos en la supervivencia cotidiana, así como las formas de saber organizativo de los movimientos sociales y vecinales, estará en mejor disposición de interrumpir las lógicas segregadoras a través de la generación de situaciones de común que faciliten las alianzas en los conflictos por venir.”
Autors
Lluís Benlloch i Sergio García
Acción social para la emancipación
Koldobike Velasco Vázquez, Noelia Bribian, Manolo S. Bayona, Ruth L. Herrero (Coords.)
Editado por Baladre y Zambra Editorial. 2020